Ya en la época de resplandor de
Egipto hay escritos donde se puede ver que los egipcios tomaban caldo
de pollo para mejorar su salud y durante la edad media se daba como
potente medicina para la gente que estaba enferma, para los resfriados, las
fiebres, dolores, lepra... Los judíos conocían el caldo
de pollo como remedio que lo curaba todo.
La reviste médica Chest Journal
publico un estudio donde se demostraba científicamente los beneficios
del caldo de pollo, hallaron una gran cantidad de vitaminas y nutrientes
que poseen efectos antiinflamatorios y que relativizan el
crecimiento de los neutrófilos. Los neutrófilos son el tipo más
común de glóbulos blancos. Defienden el cuerpo de las infecciones
bacterianas y micóticas siendo el primer tipo de célula inmune que
responde y llega al sitio de la infección. Es decir en el caldo de pollo
contiene agentes parecidos a las sustancias farmacológicas que se encuentran
dentro de los medicamentos para los resfriados, pero sin tener productos químicos,
sino que es natural.